Cuarto y último artículo de la serie sobre arquitectura y ciudad en los Emiratos Árabes Unidos
27 de mayo de 2013

[Zetas] Al este de Abu Dhabi, en un área territorial que parece haberse constituido como vivero de los principales proyectos arquitectónicos del Emirato, emerge la incipiente ciudad ex novo de Masdar City. Ríos de tinta se han escrito sobre este proyecto parido en 2007 y detrás del cual se encuentra la firma inglesa Foster & Partners. Una iniciativa que es promovida de manera directa desde el gobierno de Abu Dhabi y que persigue la construcción de una ciudad de 50.000 habitantes que se convierta a corto plazo en paradigma de la sostenibilidad y la investigación en energías renovables.

A día de hoy, una porción de Masdar City ya es una realidad y tanto algunas edificaciones como parte del sistema de abastecimiento energético mediante paneles solares funcionan con normalidad. El denominado Institute of Knowledge, marca el ritmo de la ciudad actualmente caracterizándola como un pequeño campus repleto de universitarios de nacionalidades muy diversas que viven, trabajan y se relacionan en este mismo entorno. Debido al marco desértico y agreste en el que se ubica Masdar, desde algunos foros se ha puesto en duda la idoneidad del coste -energético y económico- de establecer un núcleo urbano de estas características en un lugar como Abu Dhabi. Sin embargo, el espíritu de Masdar busca una urbe que no solo se autoabastezca a nivel energético sino que pueda servir como contenedor todas aquellas actividades -ocio, comercio, etcétera- que precisen cada uno de sus habitantes, reduciendo así al mínimo exponente el actual modelo de ciudades como Abu Dhabi, radicado en la utilización masiva del automóvil.

A nivel arquitectónico, Masdar se sustenta sobre un gran zócalo de siete metros de altura que permite alojar la totalidad del intrincado sistema de transporte -basado en la utilización de pequeños coches eléctricos- así como las necesarias instalaciones de gestión energética, de agua y residuos. Sobre dicho zócalo, se erige una ciudad pensada por y para el peatón -el acceso al recinto con vehículos a motor ha quedado completamente prohibido- que ha sido diseñada con patrones propios de los núcleos urbanos tradicionales en la cultura árabe. La sección de cada una de las calles y espacios públicos junto con los materiales empleados, da lugar a un ambiente habitable y agradable que contrasta con el desierto que encontramos fuera de sus límites. Edificaciones de cinco alturas como máximo, áreas porticadas y pequeños cursos de agua disponen los resortes necesarios para que de manera permanente se advierta actividad en la calle, circunstancia complicada en entornos próximos debido a las habituales altísimas temperaturas.

En la actualidad, el proyecto Masdar City se ha visto ralentizado pero continúa avanzando en la construcción de un modelo urbano con numerosas particularidades que permite explorar e introducir nuevos inputs a discusiones muy en boga actualmente, sobre desarrollo sostenible o abastecimientos energéticos de nuestras ciudades.

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