11 de enero de 2011

Paralelas en tiempo y concepto, estas dos intervenciones en espacios docentes de la provincia de Cádiz funcionan como cirugías que, según su arquitecto, el ubriqueño Julio Barreno, son un híbrido entre prótesis y baipás que soluciona las deficiencias funcionales de los edificios preexistentes.

El colegio Víctor de la Serna y Espina en Ubrique es una obra de 1963 de Antonio Sánchez Esteve, ejemplo de modernismo en la sierra gaditana, que establecía la separación de sexos mediante un eje de simetría divisorio. La reestructuración del espacio se soluciona con la inserción de un volumen en el patio exterior que comunica ambas partes y funciona como pasillo, patio cubierto y elemento divisorio del espacio exterior. La nueva intervención marca un recorrido lineal y quebrado dentro del espacio original, pero con una geometría y material que facilita su diferenciación.

La escuela infantil Azahar en Prado de Rey ocupa un edificio que tras un siglo de uso ha sufrido varias reformas y cuya planta en U establece las aulas alrededor del patio de recreo interior, en un esquema originalmente denso que dificultaba la inserción de nuevos usos necesarios. La ampliación toma forma como un elemento de tránsito continuo que envuelve los nuevos espacios y los relaciona con el pasillo original en U y con la calle.

Contacto en su web.

País: España
Ciudad: Cádiz
Agentes: Julio Barreno
Edificios: colegio Víctor de la Serna y Espina
Edificios: colescuela infantil Azahar en Prado de Rey
Autoría de la imagen: Julio Barreno
 Palabras clave